Hoy nos encontramos viviendo una situación de extrema transformación dentro de un contexto global que nos lleva a tener pensamientos perturbadores, como que nuestras marcas no podrán superar las pruebas y podrían sucumbir, o que estos momentos de incertidumbre pueden poner fin a nuestros negocios u otras tantas ideas negativas que se disparan dada la complicada realidad que atravesamos actualmente.

Como director de marketing de una de las marcas más importantes de la región, me resulta imposible apartar aquellos pensamientos, no obstante, quise analizarlos para poder elaborar una reflexión con luz en estos momentos de tanta oscuridad.
No fue fácil procesar todo, pero me gustaría compartir que este contexto incierto tiene como punta de lanza la incertidumbre y situaciones de contingencia -que estamos aprendiendo a sobrellevar-, lo que me llevó a pensar lo siguiente:
Todas las estructuras de los negocios se pueden mover y temblar sin importar que tan estables parezcan. Me refiero a esta “nueva realidad” para los negocios que podríamos equiparar a las peores catástrofes naturales del mundo como ser huracanes, terremotos o tsunamis.
Esto sin duda sacudió los cimientos de cualquier proceso de venta, de compra, de logística, lo que nos obliga a modificarlos, adaptarlos, transformarlos para poder resistir estos embates.
Y esto me llevo a pensar, ¿los procesos solo funcionan en un contexto ideal?
Esta pregunta hizo eco en mi cabeza durante muchos días, sin embargo, pienso que la respuesta es más simple de lo que creía.
Los procesos no solo tienen que ser sólidos, si no que deben ser también adaptables. Si un proceso es rígido probablemente sea fuerte en un contexto de normalidad, sin embargo caerá ante las peores situaciones al no poder adaptarse, pero lo más impórtate es que este o estos deben ser digitales (que es la forma más adaptable de que tenemos en la actualidad o bien la más eficiente).
Pero esto no debe hacernos pensar que si nuestros procesos son adaptables , flexibles y digitales nos hará inmune a las peores situaciones, ya que esta nos puede golpear de todas maneras. Piensen en un mundo sin internet.
Pero, de todas maneras, estoy convencido que de todo lo malo siempre se puede sacar algo positivo, incluso de las peores situaciones como las que estamos viviendo hoy ; porque todo huracán se debilita, todo terremoto se detiene y todo tsunami finalmente retrocede. Y cuando termine tenemos que estar listos. Entonces ¿cómo se sale?
Esta pregunta es muy difícil de responder, pero si podríamos decir que debemos apoyarnos en lo que más fuerte tienen hoy nuestras marcas, y es eso mismo, la esencia, la identidad, el branding, la cultura de marca, en otras palabras es la propia MARCA.
En mi caso, en la marca donde trabajo, todo el equipo se dio cuenta que las estructuras del negocio pueden variar, pueden temblar ,pero si logramos que nuestra marca sea firme, pero a la vez sea adaptable, ni una contingencia como la que vivimos hoy podrá golpearnos y derribarnos. Y eso mismo, ese es el botón de ignición que nos permitirá salir.
En contextos inciertos podemos armar muchos planes de contingencia, de emergencias pero es nuestra MARCA en donde siempre nos vamos apoyar.
En síntesis, si adaptamos los negocios y nos transformamos, nos incorporamos a lo que el mundo nos exige.
“Las Marcas son el activo que dan Valor a las empresas y son ellas las que procurarán el cambio”

 

Lic. Esp. Nicolás Gallo

Brand Manager de Humahuá

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